Mi abuela siempre decía que la pulpa de las fresas fortalece las encías y elimina las manchas. Machaca dos fresas grandes y pásalas por dientes y encías con la ayuda de un cepillo suave. Enjuágate después la boca con una taza de agua caliente donde habrás añadido un pellizco de bicarbonato sódico. Realiza este proceso a diario y blanquearás tus dientes de forma gradual.
martes, 13 de noviembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario